El pasado 21 de junio participé en una mesa redonda organizada por la Associació Cultural La Llibertària, llamada "Proceso hacia la independencia. ¿Oportuniad o cortina de humo?". Durante ésta, los cuatro ponentes expusimos nuestros puntos de vista sobre cuatro puntos que se nos habían propuesto previamente. Después, se abrió un turno de intervenciones y debate abierto entre todas las personas asistentes al acto.
Como ya dije, considero que los actos públicos de debate y discusión son un tipo de actividad enriquecedora necesaria y vital que se tiene que valorar, promover y organizar mucho más. En éstos, se pueden abordar muchas y diferentes cuestiones esenciales, importantes e interesantes. Tienen que servir para que se puedan encontrar personas con distintos puntos de vista -a veces confrontados-, para romper las nocivas tendencias de "encerrarse cada cual en su casa", en un compromiso de dar la cara, expresando y defendiendo con argumentos y razones las propias posturas, y escuchando las del otro. También sirven para poner en práctica los principios fundamentales de libertad de conciencia y de expresión, así como los de saber estar cordial y respetuosamente con personas con quien puedes tener muchas diferencias.
A continuación, comparto, ligeramente desarrollados, ampliados y retocados, los apuntes que preparé para intervenir en el acto:
Bloque 1.- [Conceptos] ¿Qué significa "independencia" para ti?
Se le tiene que dar una gran importancia a las palabras, buscar sus significados más auténticos y utilizarlas debidamente, con la preocupación de no caer en la aceptación y uso del léxico de los sitemas de dominación.
Éstos buscan constantemente conquistar palabras clave con fuerza liberadora, apoderarse de su significado, adaptarlas a sus discursos e imaginarios para que se vuelvan inofensivas y su uso favorezca sus intereses. Algunos ejemplos de palabras acaparadas por el actual sistema de dominación serían democracia, socialismo, libertad, revolución... e independencia. La "cuestión nacional" (la "independencia de Cataluña") ha sido y es integrada en el discurso del sistema y utilizada para manipular la población y distraerla de las cuestiones cruciales.
Hay que decir que siempre hay dependencia entre las personas, los pueblos y los sucesos del mundo, en el sentido de afectar unas cosas a las otras (interdependencia), pero ahora hablaré de dependencia entendiéndola en el sentido de depender al estar subyugado. En este sentido sí que podemos y debemos aspirar a ser independientes, a no estar subyugados.
La palabra independencia remite a la idea de "no-dependencia". La independencia de un pueblo o comunidad humana, pues, sería la soberanía de éste sobre todos los diferentes ámbitos de la vida colectiva, es decir, la capacidad de libre autodeterminación, su capacidad de autonomía (del griego autos y nomos), de darse las propias normas.
Para que ésta fuese real y efectiva, y no una abstracción, se deberían dar dos condiciones:
1) Independencia de puertas adentro: que la población se organice de manera igualitaria y no jerárquica, es decir, sin Estado ni Capitalismo, sino organizada local y asambleariamente, con los recursos económicos en manos del pueblo, para que no haya unas personas que dependan de otras. Una comunidad no es libre si las personas no lo son, y vice versa. Así se une el principio de autonomía individual y autonomía colectiva.
2) Independencia de puertas afuera: que los pueblos y comunidades no estén sometidos a estructuras externas, que no se encuentren coaccionados para formar parte de sistemas de decisión mayores, sino que sean libres de federarse con quien quieran por mutuo acuerdo, pudiendo deshacer los vínculos en todo momento.
Estas condiciones permitirían una independencia o soberanía real.
Como es obvio, la reaidad actual se encuentra a las Antípodas de esto.
No hay soberanía popular, el poder se encuentra concentrado en manos de élites (transnacionales, nacionales, locales...) y estructuras oligárquicas que están por encima del pueblo, en situación de dominación, manipulación y explotación de éste. Además, las dinámicas del sistema estatal-capitalista hacen que esta concentración de poder aumente cada vez más. Así pues, hay una enorme dependencia/subordinación de los pueblos y comunidades a estas élites.
Mientras que la dependencia se basa en la centralización de las estructuras de poder estatales (Imperio Romano, Estado español o catalán, UE...), la independencia se basaría en la descentraliación de los municipios y las comunidades locales de poder democrático. Por tanto, en la práctica, la medida demográfica de los sujetos "pueblo/pueblos" independientes y soberanos no sería la de los pueblos homogeneizados bajo los "Estados-Nación", sino que sería mucho más reducida (partiendo de la escala local, tendiendo a los tratados y confederaciones de escala regional y superior, sin perder la autonomía de base).
El concepto de "soberanía nacional" es una farsa que proviene de las revoluciones liberales y con la que se ha perfeccionado enormemente el sistema de dominación contemporáneo, ya que la gente ha acabado considerando que vive en sociedades "libres y democráticas". El "Derecho a la autodeterminación de las naciones" de la carta de la ONU se utiliza para sostener el imaginario del sistema y para legitimar el imperialismo actual.
Bloque 2.- [Alianzas internacionales] ¿Es posible ser independientes dentro de la Unión Europea? ¿Qué proceso hacia la independencia nos puede ayudar a salir de la crisis política, económica y democrática? ¿Qué alianzas a nivel internacional harías?
Como veíamos antes, la independencia/autodeterminación popular es una cuestión de los pueblos y comunidades autoorganizados, no del dominio y el poder de los Estados. La UE es una unión de Estados.
La crisis democrática que sufrimos es la crisis de la ausencia de democracia (del griego demos y kratos, "poder del pueblo"). Considerar que vivimos en una democracia que funciona mal (por culpa de la corrupción de la clase política o del "golpe de Estado financiero" y los recortes), es limitada o se ha quedado obsoleta es, como decía antes, hacerle el juego al sistema aceptando el léxico del poder en cuestiones clave.
Aliados internacionales serían, en primer lugar, todas aquellas personas del mundo que ante procesos de verdadera ruptura hacia la autodeterminación que pudieran irse gestando y desarrollando se pusieran de parte del pueblo y no del poder (Estado español o catalán, UE, OTAN...).
También lo serían todas aquellas comunidades y pueblos que a la vez estuvieran haciendo pasos hacia su propia autodeterminación. En este punto, podrían ser particularmente interesantes los casos de comunidades geográficas cercanas (Península Ibérica, norte de los Pirineos...), para poder ir desarrollando las máximas relaciones de contacto y apoyo mutuo, teniendo en cuenta la prespectiva histórica de decrecimiento global y tendencia a la re-localización de la vida y la economía que afrontaremos[1].
Con el 15M, el movimiento "Occupy" y diferentes revueltas y movilizaciones en todo el mundo, se ha hablado de "Global Revolution" -aunque de una manera banal-. La gente ve que estamos en el mismo barco, compartiendo problemas y retos fundamentales, y que los esfuerzos y las luchas tienen que ser y sentirse parte de un anhelo humano que nos una. Este sentimiento se tiene que mantener y fortalecer.
Bloque 3.- [Papel de la calle y las instituciones] Viendo como está el proceso hacia la independencia, hoy 21 de junio de 2013, ¿cuál es la hoja de ruta que vosotros propondríais al conjunto de la sociedad catalana? ¿Qué papel tiene que hacer la autoorganización y la movilización popular? ¿Qué papel tienen que hacer instituciones como el Parlamento y el gobierno de la Generalitat?
Una tarea vital a asumir es la reflexión profunda sobre distintas cuestiones fundamentales, políticas, económicas, éticas, ecológicas, existenciales... Ser responsable, afrontando la totalidad diversa de problemas, no centrarse y especializarse sólo en algunos de éstos, una tendencia que en las últimas décadas ha dominado y tenemos que dejar atrás.
Hay que debatir, dialogar y discutir sobre estas cuestiones, primero, entre la gente más preocupada, concienciada y activa, saliendo cada cual de sus guetos y abandonando los dogmatismos de las ideologías, y, después, planteándolas a gran parte de la población catalana. La conclusión a la que deberíamos llegar es que las soluciones que puedan haber a los grandes problemas de la actualidad (y futuros) serán posibles a través de la autodeterminación de los pueblos y las personas, y el camino hacia ésta implica una ruptura revolucionaria, por tanto, hay que volver a poner encima de la mesa -renovada, mejorada y actualizada-, la idea de Revolución.
Considero que hoy en día la idea de Revolución debería incluír dos vertientes fundamentales: la social y la personal.
1) Revolución social: Autoorganización; lucha e impugnación del sistema viejo y construcción de los fundamentos del nuevo, en una transición que suponga, desde el nivel local, un empoderamiento en todos los ámbitos, una transición[2]:
a) Ámbito político: Recuperación de la política no-profesionalizada y de la Asamblea Popular como órgano soberano. Empoderamiento progresivo de las asambleas locales, creación de espacios de ágora...
b) Ámbito económico: Transición hacia una economía popular, extraer cada vez más bienes (tierra, trabajo, capital...) de la economía de mercado capitalista para introducirlos en una nueva economía emergente, colectivizaciones y cooperativismo autogestionario, redes de consumo y monedas locales, cooperativas de autofinanciamiento...
c) Ámbito social: Hacia una educación y una salud realmente públicas (autogestionadas), la recuperación de las formas y relaciones de asistencia y ayuda mutua, la autogestión del saber y el conocimiento, medios de comunicación y expresión alternativos, una cultura y arte revolucionarios...
2) Revolución personal: Cito un fragmento de un artículo de un amigo y compañero[3]: "La principal fuerza motriz de la Revolución Integral no serán los intereses particulares inmediatos y materiales de las personas, sino más bien la calidad moral y la riqueza interior de éstas. Tal revolución no será fruto de las “leyes de la historia” ni de los “intereses del proletariado”: si bien las circunstancias históricas objetivas pueden condicionar el proceso revolucionario, si bien los intereses de las clases oprimidas naturalmente pueden estimularlo, la fuerza motriz y el factor decisivo será la virtud de las personas, ya que, en definitiva sólo de la viveza intelectual, de la valentía, de la fortaleza, de la entrega desinteresada, de la capacidad para convivir, de la modestia, de la frugalidad, de la solidez de la voluntad, de la generosidad, de la cortesía y de muchas otras virtudes emerge, al mismo tiempo, la comprensión profunda y amplia de la realidad y la capacidad para llevar a cabo su transformación revolucionaria." Especialmente teniendo en cuenta la situación en que nos encontramos humanamente, fomentada por las élites gestoras del sistema actual y sus propias dinámicas nocivas, hay que darle una importancia cardinal a la cualidad de las personas y, por tanto, a los necesarios procesos de re-construcción integral que tenemos que llevar a cabo como individuos si queremos estar a la altura del difícil y complejo proyecto de transformación revolucionaria y positiva de la sociedad.
Del Parlamento y el gobierno de la Generalitat sólo tenemos que esperar que sean un obstáculo antagonista a los procesos de independencia y autodeterminación de la población catalana y de cualquier otra. Una conciencia clara a favor de la independencia debería conllevar un rechazo claro, explícito y fundamentado de estas instituciones.
Bloque 4.- [Cortina de humo o oportunidad de cambios] Reflexión final contestando a la pregunta de la mesa redonda. Aquí no nos interesa tanto los deseos de liberación nacional y emancipación social que tengáis como cuál es la realidad y si con las herramientas que tenemos podemos aspirar a una independencia plena y real (soberanía política, económica, ecológica, alimentaria, etc.)
Por lo que he argumentado, la cuestión de la creación de un Estado catalán no tendría nada que ver con el proyecto de independencia y autodeterminación popular, que iría por otro camino. El segundo es un proyecto humano histórico y a largo plazo.
El Estado ha sido y es el problema, y no la solución, en la cuestión de la libertad/independencia y en muchas otras. Es un gran mal y un agente causante de la crisis múltiple y la miseria que sufrimos actualmente la humanidad.
El anticapitalismo, como fuerza emancipadora, tiene hoy en día un grave problema, que es que parte de una concepción superficial e insuficiente del capitalismo, como si sólo se tratara de relaciones económicas y su pilar fuera sólo la propiedad privada. También es pilar el Estado, como aparato militar-represivo, de dominación política y de manipulación y adoctrinamiento, y también es pilar la hegemonía de todos los disvalores que nos llevan a vivir la vida aceptando la dominación, o a oponernos a ella pero sin mucho esfuerzo (esto supone que el gran problema no sea la corrupción de la clase política o financiera, como alguna gente dice, sino la de las clases populares).
El Estado y el capitalismo han ido, van e irán de la mano, y aceptarlo puede ser duro pero hacerlo es el único modo de intentar superarlos efectivamente. El Estado no es un aparato neutral que pueda usarse a favor del pueblo.
“La apelación al poder del Estado invariablemente legitima y fortalece al Estado, con el resultado de que, en efecto, disminuye el poder del pueblo. El poder no permite ningún vacío en la vida pública. Todo el poder que el Estado gana siempre lo hace a expensas del poder popular. A su vez, todo el poder que el pueblo adquiere, siempre lo hace a expensas del Estado. Legitimar el poder del Estado es, por tanto, deslegitimar el poder popular.”[4]
En este sentido, creo que el paradigma del socialismo estatista está equivocado y que la estrategia de presentarse a las elecciones parlamentarias ha sido caer en una de las trampas del sistema.
Creo que se tiene que pensar en términos de análisis y estrategia, en la línea de lo que comentava en el punto anterior. Ya existen muchos proyectos, iniciativas y luchas afines a los valores y las ideas de autodeterminación, el problema es que no forman parte de un anhelo y un proyecto revolucionario común, que comprenda:
1) Análisis de la realidad que muestren que la salida a la situación de crisis multidimensional y dominación, el camino hacia la independencia plena y real, se encuentra en la sustitución del sistema actual (y del sistema de disvalores y creencias que lo legitiman) por uno nuevo con fundamentos muy distintos, y no en la reforma, mejora o reparación de éste.
2) Una visión comuna de los fundamentos de la sociedad nueva, los principios de la soberanía popular y de la convivencia.
3) Una visión común de la estrategia general para construirla.
Tenemos que motivar la reflexión sobre la necesidad de formar parte de este anhelo y proyecto común, la Revolución, aportando los argumentos necesarios.
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Notas:
[1] Sobre la crisis energética y de recursos, recomiendo ver el trabajo de Antonio Turiel, artículos como "Comentarios sobre el declive energético mundial y el 'período especial' cubano" (Blai Dalmau, 2012) y "La quiebra del capitalismo global: 2000-2030. El inicio del fin de la energía fósil: una ruptura histórica total" (Ramón Fernández Durán, 2011) y documentales como "No hay mañana" (Incubate Pictures, 2012).
[2] En este sentido, considero muy valiosas las aportaciones de Takis Fotopoulos en "Estrategias de transición y la Democracia Inclusiva" (2002).
[3] "¿Proceso Constituyente o Revolución Integral?" (Blai Dalmau, 2013).
[4] "Rehacer la Sociedad: senderos hacia un futuro verde" (Murray Bookchin, 1990)
Cuando se habla de independencia, incluso los que hablan de pueblos y no de Estados cometen una grave injusticia: Dan por supuesta la existencia de pueblos.
ResponderEliminarYo no puedo aceptar eso, para mi el concepto de pueblo no es más que otra cárcel, otra prisión. Desde pequeño me imponen un idioma, se inventan una cultura y dicen que yo pertenezco a un pueblo, que soy más igual a unas personas que a otras.
Y que por el simple hecho de compartir ciertos detalles (para mi, impuestos) con otra personas. Esas personas constituyen un grupo que debe elegir su destino.
No quiero eso. No quiero conceptos como el de "puertas para adentro" o "puertas para afuera". Yo quiero ser libre de asociarme con quien me de la gana, de hablar el idioma que quiera o vivir de acuerdo a determinadas costumbres en cualquier parte del mundo.
No quiero que me hagan sentirme diferente a otras personas solo porque el idioma que hable sea distinto.
Yo no puedo apoyar la independencia de los pueblos sino que debo apoyar la emancipación de las personas, respecto a los estado, a las naciones, y a los pueblos.
Un artículo muy interesante, Joan. Me hubiera gustado mucho haber podido estar en esa mesa redonda.
ResponderEliminarA Jorge;
Jorge, no sé si te entiendo bien o no, per pareces defender una especie de individualismo primigenio, no sé, algo así como un nominalismo social, político o comunitario: no existen los entes colectivos: pueblos, comunidades. Sociedades, sino los individuos. ¿Es eso?
Dices que quienes “hablan de pueblos [o de Estados] … (dan) por supuesta la existencia de pueblos.”. Claro. Hay estados: no siempre los ha habido y es deseable que deje de haberlos, pero haberlos, como dicen los gallegos de las meigas, los hay. Y no basta con negar su existencia para librarnos de ellos. Si se niega la existencia del estado y por lo tanto de sus propiedades y funciones sistémicas, difícilmente podemos y debemos aspirar a ser independientes y seguiremos estando subyugados a ese estado (inexistente?). Y otro tanto cabe decir de los pueblos, culturas, comunidades, etc.
Dices que no puedes aceptar eso (la existencia de los pueblos) y que para ti “el concepto de pueblo no es más que otra cárcel, otra prisión.”. En mi opinión, si es “una prisión’ existe, y, en la medida en que somos animales sociales, culturales, y no podemos existir salvo ‘fabricados’ por una sociedad o cultura determinada, es, entonces, una prisión ineliminable, ineludible, constitutiva, y sin la cual no seríamos más que monos-pre-humanos. Sin un lenguaje, una ‘madre’ que no enseña ese lenguaje (sea el que sea), y una cultura y unas sognificaciones… no seríamos humanos. Y negar eso, nos hace aún más dependientes de ello. Porque si pretendemos superar en parte (totalmente es imposible) el aspecto heterónomo de esa primera formación/deformación que nos con-forma, socializa/humaniza (no en general, sino como ‘partes’ de una sociedad o comunidad determinada) dependeríamos de ella en mayor medida que si somos conscientes de eso que tu llamas prisión. Dices que “desde pequeño me imponen un idioma, se inventan una cultura y dicen que…” De haber sido así, no podrías expresar lo que aquí estás expresando y criticar precisamente eso que criticas. Y de haber nacido en una sociedad heterónoma (totalmente clausurada) tampoco podrías hacerlo en su lenguaje.
Dices que no quieres conceptos como el de "puertas para adentro" o "puertas para afuera". Si no diferenciamos, discriminamos, distinguimos conceptos, realidades, etc. no criticamos: la critica consiste en parte en eso. Y dices para terminar que quieres ser libre de asociarme con quien te dé la gana, de hablar el idioma que quiera o vivir de acuerdo a determinadas costumbres en cualquier parte del mundo.” Y eso que dices me da la razón, lo quieres pese o tal vez en virtud de esa prisión de la que hablas. ¿Cómo podrías hablar la lengua que te de la gana si no te han enseñado ninguna? Las lenguas no aparecen en nosotros innatamente, y sin contacto con una sociedad determinada.
Un cordial saludo,
Baldomero
Cuando nacemos, durante los primeros años de la vida te enseñan un idioma. Además, adquieres unos hábitos culturales. Eso es inevitable y además es útil para relacionarte con otras personas.
ResponderEliminarEs es algo que va contigo para toda la vida, no veo por qué deba sentirme orgulloso de ello o por qué deba utilizar un idioma más allá de lo que sirve, que es para comunicarme.
Eso para mi es algo natural, pero no quiero que pase de ahí. Si hacemos un colectivo de personas que hablan francés me parece tan ilógico como hacer un colectivo de personas que tienen manos. Que por hablar castellano deba asociarme con otras personas, por el mero hecho de que ellas hablan castellano y que ellas puedan decidir por mi me parece una imposición.
Yo veo un mundo de colectivos, pero no de colectivos culturales sino uno en el que pueda decidir con quién asociarme y con quien decidir mi vida. No que me lo den elegido de nacimiento.
Bien. Te entiendo. Pero, y una vez que tú o yo hayamos decidido con quien asociarnos y vivir nuestra vida (y formar así una comuna o colectividad o como quieras llamarlo) en la que se hablara una o muchas lenguas (da igual cuantas) que tendrán asociadas a ellas una o muchas visiones del mundo visiones del mundo , ¿qué haremos con nuestro hijos si los tuviéramos? ¿No les ocurriría a ellos, y se quejarían, de lo mismo: del ‘mundo’ que les hemos dado elegido de nacimiento? A eso es a lo que me refería.
EliminarUn cordial saludo, Jorge.
Baldomero
Claro que se quejarán. Y están en su derecho. Pero la pertenencia a una comunidad con bases culturales parece algo perenne e inmutable.
EliminarSi utilizamos la cultura para asociarnos nunca podríamos decidir, por ejemplo, disolver la asociación. Cosa que no pasaría con otro tipo uniones entre individuos.
Nuestros hijos tendrán que aceptar durante un tiempo pertenecer a una comunidad sin que ellos lo hayan elegido. Es algo tan inevitable y a la vez necesario como aprender a hablar. Pero en el futuro podrían asociarse a su manera, irse, disolver y modificar lo ya existente.
Saludos
Jorge, ahora te entiendo mejor, creo. Y comparto, en buena medida, lo que dices. Pero, dada la pluralidad posible de lenguas de la Asociación y que no hay lengua-cultura neutra, ¿Cómo solucionamos ese problema? ¿Siendo cada uno de nosotros prurilingües? ¿Adoptando una (o varias) de estas lenguas como medio de comunicación entre los comuneros? ¿Fabricando una lengua 'neutra' (algo así como el esperanto, si lo fuera)?
EliminarSaludos
Baldomero